El café (1970)

Fassbinder's Coffee House se encuentra más dentro de un paisaje psicológico que físico. Ya no estamos en Venecia, ya no es carnaval. A los personajes se les permiten menos ilusiones y la obra no es una comedia. Las intrigas y artilugios que tanto interesan a Goldoni permanecen en la versión de Fassbinder a través de una aguda e inteligente melancolía. Todos están obligados a pagar por sus deseos. Todos están obligados a vender un poco de sí mismos. Y nadie puede realmente quejarse.