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Madame Robert llega a fin de mes administrando una pensión, ya que la pensión de viuda de su coronel no es suficiente. Un jubilado noruego, siendo joven y atlético, comienza a hacer gimnasia desnudo, a la vista de todos los invitados respetables. En lugar de horrorizarse, eso lleva a todos a expresar su yo interior, así como su piel exterior. Madame Robert no puede soportar esto y expulsa a todos los invitados, excepto al joven noruego, a quien considera un joven puro que no tenía la intención de comenzar una orgía. Pronto, ella cae en sus encantos varoniles y luego invita a sus huéspedes a volver a hacer la pensión más agradable, o más bien, un "hotel de plaisir".