Todos somos hijos de Dios (1980)

Una decisión judicial impopular del juez local Parker Denison (Richard Widmark) de trasladar en autobús a estudiantes negros selectos a escuelas para blancos amenaza con dividir a la comunidad cuando dos adolescentes, uno negro y el otro blanco, roban y destrozan un autobús escolar. en protesta. Lamentablemente, solo uno de los adolescentes sobrevive al brutal accidente; el otro sale corriendo y se esconde. Las tensiones aumentan mientras los ansiosos miembros de la familia esperan los resultados de la autopsia que identifica el cuerpo.