El último detective (1981)

Det. Const. "Peligroso" Davies no es conocido por su delicadeza, pero a menudo se encuentra en el extremo receptor de la violencia en diversas formas. Solo arrojado a casos en los que otros temen pisar, o sacudir a los nativos con su torpeza, se le asigna la misión de encontrar y expulsar a un criminal local que regresó recientemente del extranjero, posiblemente para "un gran trabajo". En su investigación, sin darse cuenta, se topa con un caso de 15 años, que durante mucho tiempo se consideró frío, de la desaparición de una niña. Su compasión por la niña desaparecida y sus padres lo lleva a una obsesión por resolver el caso, lo que finalmente tiene repercusiones inesperadas.