Vestida para matar (1980)

Mientras se ducha, Kate Miller, una ama de casa de mediana edad y sexualmente frustrada de la ciudad de Nueva York, tiene una fantasía de violación mientras su esposo está de pie en el fregadero afeitándose. Más tarde ese día, después de quejarse con su psiquiatra, el Dr. Robert Elliott sobre la actuación patética de su esposo en la cama, conoce a un hombre extraño en un museo y regresa a su departamento donde continúan un encuentro adúltero que comenzó en el taxi. Antes de abandonar su departamento, encuentra documentos que certifican que el hombre tiene una enfermedad venérea. Presa del pánico, Kate entra corriendo en el ascensor, pero tiene que regresar a su apartamento cuando se da cuenta de que ha olvidado su anillo de bodas. Cuando las puertas del ascensor se abren, una mujer rubia alta con gafas de sol oscuras la mata brutalmente. Liz Blake, una prostituta de clase alta, es la única testigo del asesinato y se convierte en la principal sospechosa y en el próximo objetivo del asesino. Liz es rescatada de ser asesinada por el hijo de Kate, Peter, quien solicita la ayuda de Liz para atrapar al asesino de su madre, ya que el Detective Marino, quien está a cargo del caso, no coopera en la investigación.