La segua (1985)

Esta rara historia costarricense tiene lugar al final de la era colonial e involucra superstición, posesión y hechiceras. Encarnación (Isabel Hidalgo) es una hermosa aldeana y Petronila (Blanca Guerra) es su némesis celosa y malvada. Cuando el interés amoroso de Petronila, un atractivo joven teniente español, comienza a enamorarse de Encarnación, Petronila se venga simplemente destruyendo su cordura con una poción vil. Un episodio similar ocurre cuando otro extraño viene a buscar oro y se involucra con Encarnación. Finalmente, Petronila ve a la propia Encarnación como el problema básico y comienza a engañarla con sugerencias de que en realidad es una "segua" o un espíritu femenino que ataca a los hombres.