Superagente a la fuerza (1983)

El inofensivo taxista berlinés Herbert Boeckmann tiene un mal día: Tres misteriosos caballeros le meten en el coche el cadáver de Boris Stravinsky, un economista ruso. El desprevenido Herbert lleva al "pasajero" a Berlín Oriental. Allí Boeckmann cae en las garras de la KGB, que lo considera un alto agente de la CIA. Cuando Herbert finalmente regresa a la parte occidental de la ciudad, ya la CIA lo espera para que sea el taxista nuevamente sospechoso de ser un alto agente de la KGB. Para probar su inocencia, Herbert debe encontrar al verdadero asesino de Stravinsky. Unas ampollas misteriosas a las que olfatea en situaciones extremas, ayudándoles no sólo a poderes asombrosos y habilidades insospechadas. Como súper agente, "Herbie Melbourne" mezcló a Herbert en la escena del agente. Pero entre líneas se mete en la línea del asesino profesional.