La prostituta del rey (1990)

El rey de Piamonte es presentado a Jeanne, la bella y joven esposa de uno de sus cortesanos, de quien se enamora perdidamente en el momento en que la mira. Jeanne, muy enamorada de su propio esposo y deseando ser fiel a él, está perturbada por los avances del rey y se resiste a él. El rey está obsesionado con su deseo por ella y descuida sus deberes y su reino, hasta que toda la corte, incluida su esposa e incluso el esposo y la familia de Jeanne, presionaron a Jeanne para que cediera a los deseos del rey y se convirtiera en su amante. Para salvar al rey y al país. Cuando su esposo le dice que es su deber servir al rey y ceder a sus deseos, ella va al rey, pero deja muy claro que lo desprecia y no le devuelve su amor. La pasión del rey por Jeanne nunca cede y, finalmente, va tan lejos que pierde una guerra cuando regresa a casa para cuidarla de una enfermedad casi fatal en lugar de quedarse con sus tropas y liderarlas en la batalla. A lo largo de la película, el rey se frustra cada vez más con la subordinación de su corte y su gente, que ven como su deber servir y complacerlo en todos los sentidos: ningún cortesano será mejor en la esgrima que el rey, o al bailar o al jugar. música, mientras que la única persona que desea deja muy claro que ella solo se doblegará a sus deseos bajo presión y en contra de su voluntad.