Aclá (1992)

Ambientada en la Sicilia de los años 30, la película cuenta la historia de un niño de once años, Aclà, que es vendido a un peón que trabaja en las minas de azufre de Floristella. Durante cinco años, de lunes a sábado, el niño pertenece al minero y vive como los demás mineros: toda la semana bajo tierra en la mina, y en casa los sábados y domingos. Aclà conoce el infierno especial de la mina de azufre, sus cámaras cerradas, polvorientas y hirvientes, la violencia física y sexual, practicada por todos en un entendimiento implícito. Decide huir. Lejos hacia el mar que nunca ha visto. La primera vez que lo intenta, lo atrapan, lo golpean y lo envían de regreso a la mina. Se escapa de nuevo. Cuando lo atrapan esta vez, le dan una paliza aún peor y lo envían de vuelta a la clandestinidad. Pero al final, encuentra el mar.