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Nutrido en las selvas tropicales, extrayendo energía de los mares que se mueven lentamente, el clima severo puede recordarnos cuán frágil es nuestra tenencia de esta tierra. Desde 'El Niño' en el Pacífico hasta el impresionante poder de los huracanes, las diferencias de temperatura del océano alimentan de energía a la atmósfera. En menor escala, los tornados nacen de las nubes de tormenta, con vientos de hasta 200 millas por hora. Y aunque el invierno es un país de las maravillas para muchos, la tormenta de nieve puede ser mortal. No todo el tiempo es repentino; en el continente asiático, el monzón es una característica bienvenida (a menos que sea demasiado pronto y demasiado severo, cuando las inundaciones pueden matar a miles). Y en otros lugares, la lluvia puede provocar inundaciones repentinas y daños generalizados. Si bien no podemos (todavía) cambiar el clima, podemos entenderlo y prepararnos para sus caprichos.