The Fire That Burns (1997)

La historia tiene lugar antes de la Segunda Guerra Mundial en una escuela católica para niños en París, donde la amistad entre el brillante estudiante de filosofía André Sevrais (Naël Marandin) y su compañero de escuela más joven Souplier (Clément van den Bergh) despierta los celos del abad de Pradts ( Christophe Malavoy), quien está secretamente esclavizado por el joven Souplier. De Pradts le tiende una trampa a Sevrais, pero termina aplastado por sus propias maquinaciones, ante el absoluto desdén del padre superior (Michel Aumont).