Die geschiedene Frau (1926)

La luna de miel de la señora Hardy es un fracaso. Aunque su marido intenta colmarla de besos, la aparición de una fascinante criatura en la playa despierta sus celos, pues sospecha que se conocen. Un viaje en yate al que los recién casados ​​invitan al amigo del marido, un juez de vacaciones, se ve interrumpido por la aparición de la bella desconocida en traje de baño. Hervida de celos, la joven esposa da rienda suelta a sus sentimientos y, cuando llaman a su marido a la ciudad, se niega a acompañarlo. Pero la odiada mujer está en el tren y, debido a que se atasca un pestillo, la pareja duerme en un compartimento toda la noche. Esto lleva el asunto al Tribunal de Divorcios y se pronuncia un decreto nisi. Finalmente, el marido y la mujer se reconcilian y la vivaz causa de los problemas se casa con el juez.