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Los Montescos y los Capuleto, dos casas nobles de Verona, están enemistadas entre sí.Romeo, el heredero de los Montesco, se cree enamorado de Rosalina, una belleza pálida que desprecia a todos los hombres.Para hacerle olvidar, sus amigos, Benvolio y Mercucio, lo convencen de que los acompañe enmascarado a la gran fiesta de Capuleto.Allí ve a Julieta, la hija de los Capuleto, y los dos jóvenes se enamoran profundamente a primera vista.Julieta obtiene permiso para ir a la celda de fray Lorenzo para confesarse y, acompañada por su anciana nodriza, se une a Romeo allí y se casan.Mientras tanto, la disputa ha continuado entre los parásitos de las dos casas de Montesco y Capuleto, hasta que los miembros más encumbrados se ven arrastrados a ella.En una pelea callejera, Mercucio, el amigo de Romeo, es asesinado por Tybalt, un sobrino de Lady Capuleto, y Tybalt es asesinado por Romeo.El príncipe Escalus destierra a Romeo de Verona.A riesgo de su vida, Romeo pospone la salida de la ciudad para visitar a su joven esposa y despedirla.Apenas se ha marchado Romeo cuando los padres de Julieta le comunican que el conde París le ha pedido su mano en matrimonio.No escucharán ninguna de sus súplicas y negativas, sino que le dirán que se prepare de inmediato para casarse con Paris.Desesperada, acude a Fray Lorenzo, quien le da una medicina que aparentemente le causa la muerte.Su familia la llora como muerta y la llevan en estado a la antigua tumba de los Capuletos.Fray Lorenzo le ha dado a un hermano monje, Fray Juan, una carta para Romeo diciéndole que Julieta está viva, para que esté en la tumba cuando ella despierte y la lleve a Mantua.Pero Fray Juan no puede entregar la carta y Romeo ignora el hecho de que la muerte de Julieta es fingida.Va a su tumba y allí conoce a Paris.Los dos luchan y Paris muere.Al despedirse de Julieta, Romeo se suicida en su tumba.Al despertarse a la hora señalada, Julieta ve a Romeo muerto a su lado y, arrebatando su daga, la entierra en su propio corazón.Allí los encuentran la guardia y Fray Lorenzo.Tanto los Montescos como los Capuletos vienen a llorar.En su dolor mutuo, se olvida el odio de años y se levanta una estatua de oro puro para conmemorar la historia de los dos nobles amantes.