A Yoke of Gold (1916)

En los días del 49, algunos miembros de la aristocracia de la antigua California se las arreglaron para reunir más de lo que les correspondía del precioso metal amarillo que abundaba.Había algunos entre la población a los que les molestaba este estado de cosas.Luis Lopez was one.Dolido bajo el yugo de la aristocracia, López decidió defender la causa del pueblo.En consecuencia, se dispuso a conseguir la ayuda de otros y eligió a José García como aliado.José finalmente accedió a emprender una campaña contra don Ortega y don Mendoza.José partió para la casa de don Ortega, a quien se acordó que debía robar.López eligió a Don Mendoza como su presa.Se acordó entre López y José que el oro que esperaban ganar se dedicaría a la elevación de los oprimidos.El destino de José estaba al otro lado del desierto.Deteniéndose para saciar su sed, se horrorizó al descubrir que había perdido su cantimplora.En cambio, encontró un crucifijo que su sacerdote había escondido en su alforja.Arrancándolo, lo arrojó con ira a la arena y siguió adelante.El señor Arrelanes, otro aristócrata, con su hija Carmen viajaban en la misma dirección, con la intención de visitar a su primo, don Ortega.Encontraron el crucifijo y luego se encontraron con José, exhausto.Lo llevaron a la casa de Don Ortega, donde Carmen lo cuidó hasta que recuperó la salud.López llegó a la casa de don Mendoza y pidió alojamiento.En la noche se coló en la sala de estar y robó las bolsas de oro que sus anfitriones habían depositado en un cofre.Sorprendido por la esposa de Mendoza, López se abalanzó sobre ella.Mendoza vino al rescate y expulsó a López.José había sido una víctima voluntaria de Carmen y se prometió a sí mismo que no sería culpable de robar a quienes se habían hecho amigos de él.Partió de regreso a Santa Bárbara para encontrarse con López.López amenazó con que él mismo se llevaría el dinero.Durante la noche, José robó el oro de Mendoza debajo de la almohada de López y se apresuró a advertir a Ortega.Al descubrir la ausencia de José, López rápidamente lo persiguió, prometiendo matar al traidor José.José llegó a tiempo de avisar a Ortega para que cuando llegara López cayera en la trampa que le tendían.Carmen finalmente convenció a López de que abandonara sus malos caminos.Y así, cuando Carmen hubo cedido a las súplicas de su impetuoso amante, José, López estuvo cerca para compartir su felicidad, y más tarde regresó a Santa Bárbara, para pasar allí el resto de sus días con los gentiles sacerdotes de la Misión.