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La carrera de la adinerada familia Gordon en su yate de primera, "The Yankee Girl", para cerrar una opción sobre una valiosa concesión de cobre en América Latina y la intriga política del desesperado James Seavey de la multitud rival de Pacific Copper para evitar que lleguen a El tiempo culmina cuando la ingeniosa Jessie Gordon se enfrenta al viejo presidente Ambroce Castroba, a quien Seavey ha comprado, en su propio palacio.A Castroba se le sube a la cabeza la cháchara despreocupada de la guapa norteamericana, la champaña con la que lo engaña haciéndole creer que está bebiendo con él, y se olvida de su acuerdo con Seavey y acepta la5.000 primer pago de la propiedad de cobre, incluso prestándola, para compensarla,50 que tuvo que pagar a uno de sus injertos aduaneros.Pero antes de que la transacción pueda ser vinculante otro pago final de60.000 deben hacerse en veinticuatro horas, y Seavey redobla sus siniestros esfuerzos para frustrarlo.Ya ha tenido a Philip Gordon, el padre, secuestrado por el despiadado Morales y sus bandidos y retenido prisionero en una hacienda secreta en el interior, y procede a establecer una cuarentena sobre "La Chica Yankee", para que Jessie Gordon no pueda regresar y consigue el60.000 que está a bordo.Sin embargo, Jack Lawrence, un antiguo novio y ahora cónsul de los Estados Unidos, ejecuta un movimiento de flanco experto al comprar el yate directamente para su gobierno, y cuando Seavey se atreve a cuestionar su derecho a tomar posesión, recurre a tácticas de codazos y arroja al conspirador al mar.Asegurando el60.000 de la caja fuerte Lawrence se lanza hacia la costa en la lancha, se encuentra con Jessie, que sin ayuda de nadie ha rescatado a su padre, y juntos cierran el trato de cobre con el presidente Castroba.La escena de amor que sigue es estrictamente asunto de Jessie Gordon y Jack Lawrence.