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Tras el regreso de Ruth McAllister con su padre de un viaje por el oeste, John Gilbert llama para renovar sus atenciones.Inmediatamente nota un cambio en ella y se siente muy apenado cuando ella lo rechaza, no porque no le quiera, sino por razones que no divulgará.Mientras tanto, un extraño llama y, pasando corriendo junto a la criada, se detiene sin aliento en presencia de Ruth y Gilbert.Asombrado por la intrusión, Gilbert se sorprende más cuando Ruth, al ver al intruso, se desmaya.Cuando se le pide que explique, el extraño le dice a Gilbert que le pregunte a Ruth.Recuperando la compostura, el extraño le dice a Ruth que no se irá hasta que haya hablado con ella, por lo que Gilbert, furioso, está a punto de atacarlo cuando entra el profesor McAllister.Para sorpresa de Gilbert, Ruth presenta al extraño como el Sr.Gerald, un amigo a quien conoció mientras viajaba y luego se disculpa mientras los hombres conversan sobre cosas en general.A la entrada de Wilkins, el mayordomo, Gilbert se apresura a discernir la expresión de miedo que asoma en el semblante del forastero mientras una media sonrisa curva los labios del sirviente, quien, tras hacer un anuncio sin importancia, se retira.Luego, con la excusa de que algunas cartas muy importantes requieren su atención inmediata, Gerald anuncia su intención de irse, pero el Profesor, ahora desconfiado, insiste en que use su biblioteca para su correspondencia.Sola en la biblioteca, Ruth entra y reprende a Gerald por venir a la casa.Él le dice que su vida está en peligro y le ruega que lo ayude a escapar.Ella se lo promete y se va a llamar un taxi.Se anuncia la cena y el profesor, al abrir la puerta de la biblioteca para llamar a Gerald, se sorprende al encontrarlo muerto, y una borla de seda verde, similar a las que adornan la capa de Ruth, en su mano.Poco después de la llegada de la policía, Ruth regresa en el taxi y, al entrar en la casa, suelta una carcajada, no histérica, sino de alegría salvaje, al contemplar al muerto.Cuando se le pregunta sobre la identidad del hombre, Ruth al principio se niega a responder, pero finalmente admite que se había casado con él mientras estaba en Occidente.Con un fuerte caso de evidencia circunstancial en su contra, es arrestada y llevada al cuartel general, donde está detenida para ser juzgada por un cargo de asesinato.Quién era realmente Gerald y cómo finalmente se desenredaron las madejas enredadas del destino hacen una historia de misterio encantadora, convincente e intensamente interesante.