Pimpollos rotos (1919)

Cheng Huan es un misionero cuyo objetivo es llevar las enseñanzas de paz de Buda a los anglosajones civilizados. Al aterrizar en Inglaterra, se desilusiona rápidamente por la intolerancia y la apatía del país. Se convierte en un almacenista de una pequeña tienda. Por la ventana, ve a la joven Lucy Burrows. Ella es golpeada regularmente por su padre luchador, desnutrida y viste ropas irregulares. Incluso en esta condición deplorable, Cheng puede ver que ella es una belleza invaluable y él se enamora de ella desde lejos. El día que ella se desmaya frente a su tienda, él la lleva y la cuida. Con nada más que amor en su corazón, la viste de seda y le proporciona comida. Todavía débil, ella se queda en su tienda esa noche y todo lo que hace Cheng es vigilarla. La paz y la felicidad que ve duran solo hasta que Battling Burrows descubre que su hija está con un extranjero.