The Little Shoes (1917)

Rosiland, cuyo papá es rico, conoce a David Noel por primera vez cuando tiene unos 10 años. Es un niño mendigo tembloroso que busca el escaso calor que emite una reja de la acera de su casa. Rosilandia, con generosidad y simpatía infantil, se quita los zapatos y se los da al niño mendigo. Esos zapatitos fueron la luz de guía de David Noel. Estimularon la ambición en él, la ambición de hacerse rico y luego convertir a la hermosa donante en su esposa. Pasan los años; los dos niños no se ven más y David gana el primer paso hacia la meta de su ambición. Se hace rico en Costa Rica. Luego regresa a la gran ciudad donde habitaba la niña de los zapatitos para dar el último paso. El tiempo ha producido un gran cambio en la vida de Rosiland: su padre ha perdido su riqueza y ella, ahora adulta, se enfrenta a la indigencia. Así David, al encontrarla por fin, puede devolver el doble del regalo de los zapatitos. Ella lo gana a él y a su fortuna.