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En el tercer piso del edificio de apartamentos en 003 Findlet Avenue vivía el Sr.y la Sra.Henry Tinkelpaw.Los vecinos dijeron que era una pena la forma en que descuidó a su pobre esposa, pero los avoirdupois de Tillie parecían desmentir el rumor.Directamente arriba vivían los Pipkins.En este caso, sin embargo, era la joven esposa cuyos numerosos clubes la llamaban con frecuencia desde su hogar, proporcionando chismes a los vecinos.Sin embargo, sin prestar atención a la discusión de sus asuntos, Tillie continuó cocinando platos delicados para su desagradecido esposo, mientras que Luella Pipkin encontraba fallas en todo lo que su dócil esposo hacía para complacerla.Durante varias semanas sucedió que Tinkelpaw y Luella se encontraban accidentalmente en la puerta y, naturalmente, caminaban juntos por la calle.Sin embargo, en una ocasión donde el Sr.Tinkelpaw había estado menos agradecido que de costumbre y se fue dejando a Tillie llorando. Ella se acercó a la ventana, esperando que él cediera y le lanzara un beso.Al mismo tiempo, Luella estaba desanimada por haber perdido en el bridge, y cuando se fue, Pipkin también se acercó a la ventana para ver si realmente se había ido.Lo que vieron los afectó como una zambullida fría.Ambos escribieron a sus infieles compañeros informándoles que todo había terminado;y al salir al mundo se encontraron en el pasillo.Cada uno reconoció en el otro un alma gemela;así que uniendo los brazos, se pusieron en marcha.A su regreso, Luella encontró la nota y emprendió frenéticamente la búsqueda de su marido.Tinkelpaw también había encontrado una comunicación similar;así que juntos partieron en busca de los truhanes.Después de seguir un rastro tortuoso, se encontraron con ellos cuando intentaban utilizar el automóvil de un fotógrafo como transatlántico.Mientras la desaliñada Tillie está envuelta en los brazos de su marido arrepentido, le guiña un ojo con picardía a Pipkin, que está siendo acariciado por una muy escarmentada Luella.