Nuestras esposas (1925)

El señor y la señora Randolph están recién casados ​​y ella, de naturaleza celosa, busca el más mínimo indicio de infidelidad en su marido. Una mañana, sale temprano a la oficina y ve un gato, que se parece mucho a uno que últimamente se escapó de su esposa. Sigue al gato y descubre que pertenece a la señora Bradin, una atractiva vecina, con quien charla brevemente. La señora Randolph los ve juntos y sospecha que su marido le es infiel, lo que pronto le hace la vida tan miserable que se instala en su club. La señora Randolph, convencida de la justicia de su ira, invita a su marido y a los Bradin a una fiesta, con la esperanza de pillar al señor Randolph haciendo el amor con la señora Bradin. Randolph demuestra ser un modelo de fidelidad y atención, y el señor Bradin intenta seducir a su propia esposa, confundiéndola con la señora Randolph en la penumbra. El señor y la señora Randolph se reencuentran y renuevan su matrimonio sobre una mejor base de confianza y comprensión.