Las ruinas de un imperio (1929)

El último largometraje mudo de Fridrikh Ermler, Fragmento de un imperio, cuenta la historia de un suboficial ruso, Ivan Filimonov (Fyodor Nikitin), que quedó conmocionado, se cree que murió en la Primera Guerra Mundial y perdió la memoria.Filimonov recupera su memoria en 1928, diez años después de la Revolución Rusa.Decidido a encontrar a su esposa y recuperar su trabajo, regresa a San Petersburgo solo para descubrir que su esposa se ha vuelto a casar y que su antiguo empleador ha sido reemplazado por un comité de fábrica.El San Petersburgo que solía conocer también ya no existe.Renombrada Leningrado y privada de su condición de capital, la ciudad con sus edificios monumentales y estatuas de Lenin es ajena a Filimonov como todo lo demás en este nuevo mundo creado por la Revolución de 1917.Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, aprende a apreciar las nuevas formas.Aunque no se reencuentra con su esposa, recupera el control total de su vida.Al final de la película, Filimonov rompe la cuarta pared y se dirige directamente a la audiencia mientras declara, al más puro estilo propagandístico soviético: "¡Todavía queda mucho por hacer!"