Águilas triunfantes (1927)

Napoleón llama a Talleyrand, ministro de Relaciones Exteriores, y le informa que la condesa de Launay regresa con comunicados de guerra de España, indicándole que busque el apoyo de Rusia. Talleyrand acepta un soborno del embajador español para arrestar a la condesa. En una posada de los Pirineos, Étienne Gerard, al presenciar la llegada de la condesa, anhela servir con Napoleón. Cuando la arrestan, Gerard, que se ha enamorado, la ayuda a escapar y la lleva a París, donde lo nombran capitán. Al frustrar los intentos de Talleyrand de arrestar a la condesa, Gerard se esconde en un cofre y la condesa esconde algunos papeles importantes en su gorra, que Gerard tira cuando lo arrestan por desertor; al recuperar la gorra, se hace pasar por la guardia de Napoleón y secuestra al emperador, pero la condesa llega con los documentos justo cuando Gerard está a punto de enfrentarse a un pelotón de fusilamiento.