He nacido, pero... (1932)

La película de Ozu sigue a dos jóvenes hermanos que lideran una pandilla de niños del barrio, mezclando las travesuras de la infancia con las realidades de la vida adulta. Mezcla la exuberancia de la juventud con la tragedia y la dureza de la madurez, ofreciendo una conmovedora sátira social que invita a la reflexión a través de la mirada del crecimiento y la dinámica de la amistad. La película combina el característico retrato de Ozu de las fases de la vida, capturando tanto la inocencia de la infancia como las complejidades de la madurez en una narración conmovedora y profunda a la vez.