No te vayas sin besar (1936)

La hermosa estrella de cine Edda Vivian tiene una idea excéntrica. Ella pone uno de sus besos en subasta en un baile benéfico. Entre los interesados ​​se encuentra Wiesinger, dueño de una discográfica, quien, sin el conocimiento de su esposa, se apresura a retirar una suma considerable de la caja fuerte familiar. En cuanto al filólogo Franz, que vive con Wiesinger, no está nada interesado. Pero al ser confundido con otra persona, él gana la subasta.