El que habló demasiado (1940)

El asistente del fiscal de distrito Stephen Forbes, un orador impresionante con una larga lista de condenas, renuncia cuando un niño inocente es condenado y el verdadero asesino confiesa demasiado tarde. Abre un bufete de abogados barato y su secretaria Joan Reed lo acompaña. El negocio va mal hasta que se une a J.B. Roscoe, el hombre de contacto entre el ayuntamiento y el inframundo. Forbes se muda a una oficina elegante y agrega a dos personas a su personal: su hermano menor, John, a quien ayudó en la facultad de derecho, y Celia Farraday. Celia ayuda a John a ganar su primer caso y los dos se enamoran. John se da cuenta de que la firma de su hermano no es honesta y quiere romper el contacto con los bajos fondos. Abre la caja fuerte de Steve para que las autoridades federales busquen pruebas contra Roscoe. Pero este último planta suficientes pruebas circunstanciales contra John de que este último es condenado por asesinato y enviado al corredor de la muerte.