Marcada por la ley (1938)

Esta película demuestra el viejo dicho "Puedes elegir a tus amigos y puedes hurgarte la nariz, pero no debes elegir amigos que roban bancos". La chica mala local Hilda convence a Connie para que la acompañe en una fiesta y le presta un vestido que "tomó prestado" de la tintorería donde ambas trabajan. Cuando el vestido se rompe, la dueña Jane y su novio Neil se dan cuenta y culpan a Connie, la despiden y la procesan por ello. Neil es el fiscal, pero siente lástima por Connie, por lo que retira los cargos y le presta el dinero para pagar el vestido. Connie va a la gran ciudad para escapar de la vergüenza y conseguir un trabajo para pagarle a Neil. Allí conoce a Hilda y la arrestan por error, junto con Hilda y Tony, por robo a un banco. Un amable oficial de libertad condicional cree su historia y la ayuda a conseguirla. Connie regresa a casa, se compromete con Neal y le va bien cuando Hilda regresa una vez más y amenaza con arruinar su vida al revelar la vergüenza secreta de Connie.