Confesión sincera (1937)

Helen y Ken son una pareja extraña: ella es una mentirosa patológica; es un abogado escrupulosamente honesto (por lo tanto fracasado). Helen comienza un nuevo trabajo, y cuando su empleador es encontrado muerto, todas las pruebas (circunstanciales) apuntan a ella. La llevan a juicio por asesinato y su esposo la defiende. Él piensa que ella está mintiendo nuevamente cuando dice que no lo hizo e insiste en que debería alegar que lo hizo, pero en defensa propia. Charlie, un personaje sombrío y extraño que puede o no saber algo sobre lo que realmente sucedió, merodea por la sala del tribunal y la cárcel, haciendo ruidos y comentarios groseros. Después de que Helen es absuelta, intenta chantajearlos.