Prohibido robar (1948)

De camino a África, a don Pietro, un joven sacerdote misionero, le roban la maleta en la estación de Nápoles. Mientras hace todo lo posible por recuperar su equipaje, descubre lo devastada y miserable que está la ciudad de Nápoles. Al enterarse de que ha sido víctima de una pandilla de pilluelos callejeros locales, decide que su misión está aquí en Nápoles, no bajo cielos lejanos. Crea un hogar para niños pobres, con la ayuda de Maddalena, la cocinera, con el fin de volver a encarrilar a los "scugnizzi". Tiene mucho éxito con Peppinello, quien muestra gratitud por lo que está haciendo el sacerdote y se siente bien en su nuevo hogar seguro. Pero otros niños no siguen las reglas y encuentran en la casa un lugar conveniente para esconder el producto de sus robos...