Memorias de un inquilino (1947)

Un niño sigue a Tashiro a su casa de vecindad en las afueras de Tokio, el niño que fue separado de su padre carpintero de alguna manera y en algún lugar de Kudan.Todo lo que Tashiro sabe es que el niño y su padre llegaron a la ciudad desde Chigasaki esa mañana.A pesar de que Tashiro quiere hospedar al niño hasta que decidan qué hacer de manera más permanente, el compañero de cuarto de Tashiro, Tamekichi, el jefe de la vivienda, no dejará que el niño se quede, no le gustan los niños y no quiere involucrarse.Entonces Tashiro le endosa el niño a su vecina, la viuda Tane, quien también protesta, a ella tampoco le gustan los niños y no quiere involucrarse.Tane trata al niño con desdén, que solo aumenta a la mañana siguiente debido a un incidente nocturno.Entre los residentes de la vivienda, Tane está encargada de ir a Chigasaki para ver si puede encontrar al padre o averiguar qué le sucedió.En ese viaje, lo que descubre al unir las piezas de la historia es que el padre abandonó a propósito al niño cuando se fue a buscar trabajo.Esta noticia no cambia la perspectiva de Tane ni el mal trato que se le da al niño.Nada cambia a medida que avanza la semana, sin embargo, la perspectiva de Tane da un giro de ciento ochenta grados cuando existe la posibilidad de que nunca vuelva a ver al niño.