Sin rastros del pasado (1952)

Durante dos décadas, Doc y Lola Delaney evitaron llegar a un acuerdo con lo que Doc consideraba un matrimonio de "disparos". Lola perdió al bebé y le da mucho cariño a Sheba, una perrita que desapareció unos meses antes del estreno de la película. Doc culpa a Lola por tener que abandonar la escuela de medicina y no convertirse en una doctora "de verdad". Hasta que se unió a AA hace un año, su escape fue el alcohol. Luego, la estudiante universitaria Marie alquila una habitación en su casa. Doc siente pasión por primera vez en 20 años. Pero Marie tiene dos pretendientes de su edad. Lola, inconsciente de las emociones de Doc, se interesa tanto en el futuro de Marie como si Marie fuera su hija.