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Durante la Guerra Civil, en 1863, los prisioneros de guerra confederados aceptan unir fuerzas con el Ejército de la Unión en la lucha común contra los indios. A cambio, el presidente Lincoln les promete la libertad a los prisioneros de guerra confederados durante su Proclamación Especial. Una compañía de prisioneros de guerra de la caballería confederada de Georgia, bajo el mando del coronel confederado Clay Tucker, se une a la Unión con la única condición de que no tengan que luchar contra la Confederación. La compañía es enviada al aislado y escaso Fort Thorn, Nuevo México, en la frontera occidental. El fuerte está comandado por el mayor de la Unión Henry Kenniston, que cojea por una antigua herida de guerra y odia a los confederados. Las antiguas animosidades entre unionistas y confederados resurgen rápidamente durante su frágil alianza contra los indios.