Casimiro (1950)

A pesar de sus fracasos como vendedor ambulante, Casimir le garantizó a su prometida que esta vez las aspiradoras funcionarán para siempre. Pero aún no tiene éxito hasta que va al apartamento de Paul-Andre, un pintor que estaba comprometido por correspondencia con una rica mujer sudamericana. Justo ahí es cuando llega armada con un arma enfurecida después de haber recibido una carta de ruptura del hombre que nunca había visto. Por error, tomó a Casimir como su amante pintor. Casimir está listo para huir hasta que se entera de que ella es propietaria de muchos hoteles, de hecho, mil habitaciones. "Mil habitaciones, mil aspiradoras", piensa de repente.