La hija del mar (1953)

Cuando el viejo Antón muere, deja a su hija Mariona y a su ahijada Águeda, atrapadas en un naufragio, al cuidado del cruel tío Roque. Se apodera insidiosamente de todos los bienes del difunto, convierte a Águeda en la Cenicienta de la casa y quiere obligar a Mariona a casarse con su hijo Pablo, atormentado por su cojera. Pero Mariona tiene una relación secreta con Tomás Pedro, un apuesto pescador que trabaja para su tío. Para evitar sospechas, idea una estratagema para fingir que Tomás Pedro está enamorado de Águeda. La pobre Cenicienta lo cree y, con su bondad y encanto natural, verdaderamente cautiva a Tomás Pedro.