El FBI ataca (1958)

Cuando el sobrino y su amigo de Phyllis Carter mueren en un accidente automovilístico bajo la influencia de narcóticos, ella convence al teniente de policía Jim Hahan para que la use como agente encubierto, a pesar de que está casada y tiene un hijo pequeño. Está entrenada para hacerse pasar por "Lynn Stuart", que cumplió condena por un atraco a un banco, y le dan un trabajo en un restaurante donde se sabe que frecuentan los miembros de una banda de narcóticos. Ella atrae la atención de Willie Down, un jefe de nivel medio en la pandilla y comienza a obtener información de él que luego pasa al FBI. Su marido, alarmado por la salud de su hijo, consigue que ella prometa dejarlo. Willie la lleva a México antes de que pueda informar a nadie a dónde va, donde él y un secuaz de una pandilla asesinan al conductor y al guardia de un camión que transportaba droga y secuestran la carga. Phyllis/Lynn va al baño de damas de una estación de servicio donde escribe su destino en un espejo usando lápiz labial con la esperanza de ser rescatada.