Nunca ames a un extraño (1958)

Frankie Kane se cría en un orfanato católico y se hace amigo de Martin Cabell, un estudiante de derecho judío cuya hermana Julie se convierte en la novia de Frankie. A los dieciséis años, Frankie se entera de que él mismo es judío y, por lo tanto, debe ser trasladado a un hogar judío. Esa perspectiva resulta tan terrible que él huye y sale mal. Años más tarde, regresa al distrito y se involucra con un sindicato del crimen que su viejo amigo Martin, ahora asistente del fiscal de distrito, se ha comprometido a limpiar. Sin embargo, Frankie se topa con Julie nuevamente y, al darse cuenta de que todavía la ama, decide ayudar al franco Martin a aplastar el sindicato.