Ruta de titanes (1960)

En 1859, María Luisa (Hildegard Kneff), la gran duquesa de Parma, contrata al ingeniero estadounidense Clint Farrell (Don Megowan) para construir un ferrocarril en los Alpes Apuanos. Los austriacos ven el ferrocarril como una amenaza a su seguridad, por lo que envían a su mejor agente, Stella Von Krueger (Chelo Alonso), para seducir a Farrell para que abandone el proyecto. Bajo la apariencia de propietaria de un salón, no pasa mucho tiempo antes de que tenga sus ganchos en Farrell. Mientras tanto, algunos de los nuevos hombres de Farrell también son agentes enemigos e intentan sabotear el ferrocarril en todo momento. Impresionada por la valentía y la dedicación de Farrell, Stella finalmente se enamora de él, pero María Luisa, extremadamente celosa, le revela la verdadera identidad de Stella a Farrell y Stella es expulsada del valle.