La culpa fue de Eva (1959)

Cuando el estafador La Spada y su cómplice José salen de la cárcel de Madrid, deciden realizar una estafa realmente grande: nada menos que descubrir y vender un tercer cuadro de "Maya en camisón" de Goya. Contratan al renombrado Scorcelletti que vive en Roma y puede falsificar cualquier obra de arte. Posteriormente, con la ayuda de la bella Eva, convencen al célebre crítico de arte Francisco Montiel de la existencia de un tercer maya y le permiten encontrar el cuadro. Cuando los estafadores están a punto de vender la falsificación a un millonario estadounidense, Scorcelli regresa de Roma para vender uno de sus otros seis cuadros mayas.