La vieja dama indigna (1965)

Una mujer de sesenta y tantos años quedó viuda. Toda su vida había estado cocinando, lavando y cuidando a su familia. El trabajo de una mujer nunca termina. Así que decidió vivir para sí misma: iría al cine, compraría un coche y eso es exactamente lo que hizo. Bertold Brecht nos lo dijo: ella tuvo dos vidas: la primera fue larga y ajetreada, la segunda fue muy corta, pero comió el pan de la vida hasta las últimas migajas.