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Un viejo verdugo de la España de principios de la década de 1960, que es un hombre muy amable, amable y cariñoso orgulloso de las tradiciones, se acerca a la edad de jubilación.Como su profesión no es la más popular, le preocupa quién podría ocupar su lugar.Él también se preocupa por su hija;parece condenada a la soltería porque tan pronto como un futuro novio descubre cuál es el oficio de su padre, huye aterrorizado.Entra el empresario de pompas fúnebres local, un apuesto joven con exactamente el mismo problema: ninguna chica lo quiere dada su profesión.Entonces, tienes a la mujer con quien casi nadie se casaría y el hombre con quien casi nadie se casaría.Obviamente, están hechos el uno para el otro.Pero aquí el viejo verdugo tiene algo que decir: no se opone a que su hija se case con el joven empresario de pompas fúnebres;Parece un hombre decente, pero solo aceptará el matrimonio si el futuro novio acepta tomar el puesto de verdugo cuando se jubile.El padre le dice al preocupado: "¡No te preocupes, sentencian a la gente, pero los perdonan en el último momento!""
León de Oro