Estudio amueblado 2.P. (1969)

Miguel Aguirrezabala y Ramón Fontecha son dos empleados de un banco en el que se acaba de instalar un sofisticado sistema informático. Ni cortos ni perezosos, deciden utilizarlo para mejorar su historial de conquistas sexuales. Para empezar, alquilan un apartamento, donde esperan consumar sus planes. Su modus operandi es el siguiente: introducen en el ordenador una serie de variables relacionadas con la vida de la chica objetivo, y él devuelve una de tres posibilidades como respuesta: sí, no o tal vez. De ser afirmativo o probable, proceden a inventar una historia que atraiga a dicha señora al apartamento. Pero las cosas no son tan fáciles como parecen.