Los destinos sentimentales (2000)

En Charante de fines del siglo XIX, el ministro protestante Jean Barnery causa inquietud local cuando organiza la separación de su obsesiva esposa, y más habladurías cuando decide recuperarla. En ese momento, se ha sentido atraído por Pauline, sobrina de un destilador de coñac, y esto lo precipita a divorciarse de su esposa y asignarle a ella y a su hija las acciones que posee en la fábrica de porcelana de su familia. Renuncia al ministerio, se casa con Pauline y se muda a Suiza ya una vida tranquila. A la muerte de su padre, accede a regresar a casa para salvar la fábrica, sabiendo que los problemas que traerá cambiarán su vida por completo. Así lo demuestra, con el servicio en la Gran Guerra teniendo un impacto más profundo en él y en quienes lo rodean.