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Brandeburgo, cerca de la frontera polaca; Todo comenzó con un dolor de muelas. Entonces el jefe llamó para decir que era necesario. Deber extra - para proteger a un gángster por la noche en una sala de emergencia. Konzak lamentó que se hiciera policía. Además, el prisionero era de tipo boxeador, y la habitación del hospital era como en medio del desierto del Sahara. El sudor ya le goteaba por la espalda cuando la enfermera nocturna pasaba por allí. Un movimiento de las caderas ... la mirada en su ojo ... ella era un nocaut real. Konzak olvidó el dolor de muelas y el prisionero ...
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