Pechos eternos (1955)

Fumiko, madre de dos hijos y esposa de un hombre infiel que demuestra una baja autoestima, comparte su vida familiar con su dormida vocación de poetisa. El inicio de su exitosa carrera literaria coincide con su divorcio y el desarrollo de una grave enfermedad: un cáncer de mama, que la lleva a perder los senos. En la última etapa de su vida conoce a un joven periodista llegado de Tokio, admirador de su trabajo, que quiere escribir una historia sobre su vida. Ambos viven una historia de amor secreta.