Chapeau claque (1974)

Después de que su negocio familiar de sombreros de copa quebrara, Hanno Giessen (Ulrich Schamoni), ahora un ex industrial, vive la vida de un corsario en su pequeña villa en Berlín. Para registrar su vida sin incidentes para la posteridad, contrata a un equipo de filmación. Giessen hace del ocio su principio de vida y se entrega al arte de la ociosidad, cultivando su pasión por coleccionar objetos inútiles (carteles esmaltados, imágenes publicitarias y conejos de porcelana de todos los orígenes) y perdiendo el tiempo con una joven (casi desnuda), Anna ( Anna Henkel), una fugitiva sin planes de futuro.