Sergil et le dictateur (1948)

Al inspector Sergil se le asigna la misión de proteger al dictador de Santa Juanita durante su estancia en Francia y, por supuesto, los líos empiezan de inmediato, a partir de su viaje en el tren rápido de París a Marsella. Muchos opositores de todo tipo tienen la intención de liquidar al dictador y no les gusta especialmente tener a Sergil en su camino. Cuando Bijou, la prometida del inspector, acepta servir como guardaespaldas del dictador, pronto es secuestrada y no será liberada hasta que Sergil les informe sobre el escondite de su enemigo. Donde el zapato aprieta es que el dictador ha desaparecido y Sergil no sabe ni dónde está.