Blanc comme neige (1948)

Léon Ménard, ingenuo y de buen corazón, llega a París decidido a encontrar trabajo en la capital. En un café conoce a Bob, un tipo de mala muerte, que le ayuda a conseguir trabajo. En la nube nueve, el ingenioso joven no se da cuenta de cómo lo manipula Bob. Habiéndose convertido en el conserje nocturno de un hotel, el agradecido Léon deja que Bob y sus cómplices sigan el ritmo. Como resultado, se roban joyas. Cuando lo acusan, Leon se niega a incriminar a su "amigo". Afortunadamente, Charlotte, la prometida de Léon, logra encontrar pruebas de la culpabilidad de Bob y, gracias a una prima pagada por el comerciante de diamantes, los dos tortolitos pueden comprar una tienda de comestibles y casarse.