My Name Was Sabina Spielrein (2002)

La historia del psicoanálisis está plagada de psiquis descartadas de mujeres cuyos diagnósticos fueron clave para la fama de los grandes maestros.Una de esas mujeres fue Sabina Spielrein.A diferencia del resto,ella no desapareció para siempre de la historia.La película de Elisabeth Márton relata,pone en escena y recuerda la trágica historia de la vida de Spielrein tal como se extrae de una caja con sus papeles descubierta en 1977 en el sótano del antiguo Instituto de Psicología de Ginebra.Spielrein era una joven rusa-judía de 18 años cuando llegó en agosto de 1904 a la clínica Burghölzli de Zúrich, donde Carl Gustav Jung se había instalado.Ella fue su primera paciente.Tenía 29 años y estaba casado.Su investidura fue rápida y formó un vínculo intenso con su joven médico,quien parece haber correspondido.Pero después de la nota de Sigmund Freud (arriba) sobre la naturaleza nefasta de las mujeres,los médicos tramaron la teoría de la contratransferencia para explicar sus sentimientos.Afortunadamente,esta no sería la última contribución de Sabina al psicoanálisis.Pronunciado curado,ella misma se convirtió en psicoanalista y,dentro de ocho años,practicaba junto a los padres fundadores.La correspondencia entre Spielrein,Freud y Jung descubrieron que ese día en el sótano de Ginebra se ha vuelto esencial para comprender la evolución del psicoanálisis ^Ö y los desafíos virtualmente insuperables que enfrentan las mujeres que buscan contribuir en cualquier rol que no sea el de pacientes.Las hábiles recreaciones de Márton y las lecturas dramáticas de los actores de las propias palabras de Spielrein cuentan una historia escalofriante,sacando a la luz tanto la obra de este pionero como el lado oscuro del psicoanálisis.El documental y el drama llevan la vida de Spielrein al punto de mira de ideologías enfrentadas (comunismo,Socialismo nacional).Con un raro don para fusionar la subjetividad con los hechos biográficos,Márton revive a Sabina Spielrein,cuerpo y alma.