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Kosovo en la primavera de 2000. El invierno ha terminado, pero solo en el sentido meteorológico. Ruinas y dolor. Las marcas de la devastación en el paisaje soleado. Heridas que nunca sanan, los vacilantes y vagos gestos de un nuevo comienzo. Paradojas. En blanco y negro, con las imágenes rotas de las huellas de la memoria en color. Dos palabras: deca y fëmijët, significan niños en serbio y albanés. Estas expresiones no tienen cabida en el diccionario irracional de la guerra. Sin embargo, son los niños las víctimas más indefensas de esta guerra gobernada por un odio loco. Su sufrimiento se ha convertido en un capítulo imborrable de la crónica de fin de siglo, alba del nuevo milenio. Besarta, Violeta, Edmond y Valdrin, Miljana y Jelena son niños albaneses y serbios, la película cuenta su historia en blanco y negro con imágenes en color Super 8 filmadas por los propios niños.