L'ange que j'ai vendu (1938)

Baronski está harto de ser un comerciante de poca monta y decide, con la ayuda de su hija Esther, probar suerte en los grandes negocios. ¿Por qué no ser productor de cine, por ejemplo? Pero es más fácil decirlo que hacerlo y pronto un ladrón lo despoja de 100.000 francos. Sin desanimarse, produce una película escrita por un joven guionista, Maurice Rogier, descubierto por su hija pero que no cree que pueda convertirse en un éxito. Esther, por su parte, decide proyectar "L'ange que j'ai vendu" en una sala de cine local y la película se convierte inmediatamente en un éxito. Todo está bien si termina bien, y Esther se casa con Maurice en el trato.