Este es un documental sobre animales buenos que se volvieron malos, por lo que todo es 100% real, salvo dos recreaciones. Por lo tanto, el contenido puede resultar bastante intenso de ver.
Hay varios momentos de crueldad animal, como por ejemplo: un toro cuyos cuernos son utilizados como antorchas frente a un público que lo anima y caballos obligados a pelear entre sí por deporte en Corea del Sur.